Hoy despedimos a Nah, que vuelve a Mauritania tras varias intervenciones en sus manos, en Zaragoza.
No fue posible salvar su mano derecha, pero con la izquierda podrá manejarse, como podéis observar. Ojalá se hubiese podido hacer más, pero hemos conseguido que, dentro de lo dura que es la vida en África, pueda valerse por si mismo, y eso es todo un logro.
Agradecidos a la Consejería de Salud del Gobierno de Aragón por su autorización.
A los sanitarios del Hospital Miguel Servet por su profesionalidad y humanidad.
A las Hijas de la Caridad, por el amor incondicional, el alojamiento y la manutención.
Y a las voluntarias de Infancia Solidaria en Zaragoza, por su cariño y entrega
Hasta siempre, pequeño amigo. Buena vida
