Agradecidos de corazón, como siempre. al Doctor Pradillos, por su continua disponibilidad para ayudar a niños de otros países sin posibilidad de cirugía en origen.

A María Eugenia, por todos los trámites realizados y por abrirle las puertas de su hogar.

A Olga, de Caminos Solidarios, por presentarnos a Lolly y acompañarla desde Gambia.

Como siempre decimos, una bonita cadena de gente buena.