
Es cierto, lo reconocemos, lloramos algunas veces cuando vemos el resultado de nuestro trabajo. Pero son lágrimas de las buenas, de las que nacen del corazón, de la pura felicidad por lo conseguido.
Hace algunos meses nos conmovió profundamente un reportaje en la televisión en la que se mostraba la triste realidad de una nación, Venezuela, sin apenas medicinas para sus niños enfermos.
Como sabéis, somos una ONG aconfesional y no entramos a valorar los motivos ni los culpables. Únicamente nos hacemos cargo de una realidad y hacemos lo posible por mejorarla siempre que haya niños sufriendo. Y nos consta que los hay, y muchos.
Nos pusimos a buscar ONGs que trabajasen allí y que nos pudiesen informar de las necesidades más urgentes y nos ayudasen a llevar y entregar los medicamentos a los niños de familias más humildes.
La ONG Meals4hope y la Farmacia Payno nos ayudan
La ONG Meals4hope nos habló de la terrible situación de los niños con epilepsia y sin posibilidad de adquirir allí anti-convulsivos, y lo que ello significa.
La Farmacia Payno, y todos sus empleados solidarios, nos han ayudado. Junto con la pediatra amiga Laura hemos construido esa cadena de gente buena que siempre es necesaria para llevar a cabo estos actos humanitarios de los que el mundo está tan necesitado.
11 niños medicados
Hemos aportado nuestro granito de arena, y en este momento 11 niños venezolanos ya tienen en sus manos estas medicinas tan necesarias para ellos.
Como siempre decimos, ojalá pudiésemos hacer más. Síndrome de Schlinder, lo llamamos, por las palabras del personaje principal de la película en su última escena: “Ojalá hubiese podido hacer más”, decía.
Nos emocionamos de nuevo al escribir estas palabras.
Gracias a todos los que lo han hecho posible.