Vemos los telediarios y no podemos por menos que sentir una lacerante impotencia que nos entristece profundamente.
Pensamos y pensamos y pensamos si de alguna manera nosotros podríamos mitigar parte del doloroso sufrimiento que vemos en las imágenes y escuchamos en las crónicas…y somos conscientes de que poco podemos hacer.
Los heridos no pueden salir. Los hospitales se quedan sin electricidad para que las máquinas de soporte vital puedan seguir funcionando, y como es normal, están desbordados y no pueden atender a nuevos pacientes.
Los niños se deshidratan y beben agua del mar.
Y a nosotros nos avergüenza formar parte de la misma especie animal que los que asesinan a inocentes sin piedad.
Sólo se nos ocurre, y así lo afirmamos en este comunicado, ofrecer toda nuestra capacidad logística, posibles familias de acogida, y contactos en Consejerías de Sanidad y hospitales privados, para recibir en España a cualquier niño herido de cualquier guerra del mundo, de cualesquiera de los bandos.
Ojalá pudiésemos hacer más.
