Despedimos hasta siempre a José Enrique y a su mamá, que vuelven a Venezuela con el niño totalmente curado de la cardiopatía que padecía, tras ser intervenido quirúrgicamente en el Hospital Reina Sofía de Córdoba, a quienes una vez más agradecemos su profesionalidad y humanidad.

Agradecemos de todo corazón a Carmen, por abrirles las puertas de su hogar y de su corazón.

Y a nuestros queridos voluntarios en Córdoba.

Que tengas buena vida, amigo José Enrique.