Carlos Marcelo llegó a Barcelona hace 14 meses con una severa cardiopatía imposible de operar en Nicaragua.

Fue operado al poco de llegar y desde entonces ha padecido frecuentes recaídas, que le han obligado a pasar mucho tiempo en el hospital.

Su madre, Marcela, ha dado muestras de una increíble fortaleza y de un amor hacia su hijo, que nos ha conmovido profundamente a todos los voluntarios.

Tristemente el corazón de nuestro pequeño amigo no ha podido resistir más y nos ha dejado.

Siempre le llevaremos con nosotros en nuestro corazón y en nuestra memoria.